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"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

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17-05-2009

 

 

La manganeta de la renuncia de Mujica.

 

SURda

El Frente, que ha practicado desde el triunfo electoral que le dimos todos, la repetición más mecánica de los ritos parlamentarios al uso. El Frente que incapaz de hacer los cambios que prometió, se dedicó a realizar “cúpula gubernamental” en el Poder Ejecutivo y “cretinismo parlamentario” en el Poder Legislativo, tiene como todo advenedizo que gobierna ante la mirada desconfiada de las clases poseedoras un handicap manifiesto que no tenían los elencos blancos y colorados.

 

La renuncia de Mujica al MPP se dio a conocer como hecho “gravísimo” y “sensacional” en la televisión. Al otro día se reprodujo en todos los periódicos. Sensacionalismo de entre casa, de cuarta, como corresponde a una prensa patronal del tercer mundo que se extravía en las apariencias y siempre se pierde lo fundamental.

En otros países, cuando se produce un hecho de gravedad en la vida política nacional, los órganos periodísticos convocan a sus expertos: los politólogos y, visita las redacciones algún sesudo profesor de Derecho Constitucional, que explica ante la ciudadanía el hecho. Qué implicancias tiene, qué efectos inmediatos, los previsibles a corto y mediano plazo, inclusive las consecuencias para el futuro. En Uruguay esa seriedad y rigor, es in-imaginable. Sería como pedirle peras a un olmo.

Nada de lo que sucedió con la crónica de una “renuncia” que además ha sido anunciada antes por el candidato –en diferentes ocasiones- como último recurso para solucionar problemas a la interna de su grupo político es nuevo.

Más de una vez antes, Mujica, -cuando no era candidato- dijo que quería irse para su casa, recuperar “su libertad personal” no estar atado a los compromisos de la vida política de un grupo que tiene que cumplir los requisitos elementales de funcionamiento en una democracia parlamentaria como existe en Uruguay. Entonces lo utilizó como forma de presión, señalando que las exigencias en el caso de la principal figura de ese conglomerado político tenían un límite y que aquellos que lo excedieran por celo político-partidario de funcionamiento democrático elemental, corrían el riesgo de quedarse solos. La amenaza funcionó porque el MPP, sin Mujica no es nada. Y del CAP-“libertario”, esa agrupación de presión a la interna desde la fuerza del grupo de diputados y senadores tampoco. Al Sr. Eleuterio Huidobro en los barrios se le conoce poco, y todos sus diputados y senadores, exceptuando algún honroso caso –quizás departamental- son ilustres desconocidos de los trabajadores y el pueblo humilde en general.

Y ahora, en este caso?

En este caso, respondemos lo que Mujica hace es simplemente una de las manganetas formales a las que nos tiene acostumbrado. Se trata de la misma manganeta que desde el poder hizo anteriormente Tabaré Vázquez con el “argumento” de su investidura. La originalidad frentista como se vé, es nula o casi nula. Constatemos como prueba, para los lectores memoriosos, el episodio del “Nunca Mas”(1) cuando convocó al pueblo a la Plaza y terminó abrazado con Bordaberry hijo y rodeado de los uniformes militares y los trajes civiles de los numerosos funcionarios y ministros de su administración. De pueblo, nada. O mejor dicho, minga.

El Frente en su pretensión de ocupante del espacio político que antes llenaban la clase politica con vincha nacionalista o vincha colorada, siente que tiene la necesidad de cumplir todos los ritos que la democracia formal y parlamentaria uruguaya exige. Un panel fundamental en el mito es “la independencia del Estado”. Otro panel, es que el Primer Mandatario elegido (Mujica NO LO ES, ni siquiera ha ganado la interna) es garantía de independencia porque representa a “todos” los ciudadanos. Tabaré lo intentó cuando pretendió hacer pasar como proyecto de ley el matroteto de un fascista connotado como es el legislador García Pintos. A Tabaré el tiro le salió por la culata, por la firme oposición de diferentes sectores sociales, particularmente los Familiares de los Presos y Desaparecidos. Viendo como venía la mano, Tabaré, metió violín en bolsa y la prensa evitó cuidadosamente comentar su rotundo fracaso.

 

El Estado “democrático”, en la sociedad de clases moderna no es ningún árbitro neutral. Es el órgano que garantiza que un conjunto de clases poseedoras mantengan su dominación pacífica sobre la sociedad. Asume las formas democráticas que garantiza esa dominación en tiempos de relativa paz y asume otras formas en tiempos de crisis. La tiranía militar fue uno de aquellos momentos. Y a aquella tiranía la apoyaron muchos pro-hombres políticos civiles con vincha blanca o vincha colorada. Ellos trabajaban en las sombras, los militares se quemaban ante el público.

La “vuelta a la democracia” fue algo más de lo mismo. La repetición con variaciones del libreto Terra-Baldomir en los 30. Terra era “el malo”, Baldomir –su yerno y el “machete mayor durante la dictadura (era el jefe de policía)- “el bueno”. De las innumerables personalidades uruguayas de renombre, solo y desde México, Carlos Quijano dio su lucha contra la patraña. Nuestra repetición tardía del golpe bueno y el malo, se ilustra en la presidencia “civil” del Sr. Sanguinetti y tenía que tener, todos los gestos que el “rito” requiere, entre otros, la patraña de no aceptar la banda presidencial del tirano militar saliente. Juegos para las galerías. Entretenimientos para bobetas. Ocios formales, vacíos, empirigotados. Cinismo entre fallutos cómplices.

 

El Frente, que ha practicado desde el triunfo electoral que le dimos todos, la repetición más mecánica de los ritos parlamentarios al uso. El Frente que incapaz de hacer los cambios que prometió, se dedicó a realizar “cúpula gubernamental” en el Poder Ejecutivo y “cretinismo parlamentario” en el Poder Legislativo, tiene como todo advenedizo que gobierna ante la mirada desconfiada de las clases poseedoras un handicap manifiesto que no tenían los elencos blancos y colorados. La burguesía uruguaya (en sus tres esferas de actividad: capital agrario, capital industrial y capital financiero) esta dispuesta a ejercer su dominio en forma democrática a través de los representantes “que el pueblo elija” en tanto y cuanto se cumpla un compromiso central: Habrá cháchara de cambios pero se practicarán meramente reformas .

Vázquez y todo el frentismo no ha ido en Uruguay mas allá de Berreta y lo que hizo la primera presidencia de Luis Batlle (2). Lo demás es papel pintado, propaganda de ocasión y olvidos puntuales mediáticos y de expertos que no son casuales. Por detrás del telón las “tendencias centrales de la economía uruguaya”, los “actores” han proseguido su marcha sin detenimiento: concentración y extranjerización de la propiedad de la tierra, aumento del éxodo rural, exclusión de las grandes mayorías que han recibido como “consuelo” planes asistencialistas para que simplemente no se muera el pobrerío en las calles y salte el escándalo público. Los Economistas de Izquierda han hecho colectiva e individualmente el diagnóstico de la situación. Pero ese diagnóstico, esta como informe reservado en la Central de Trabajadores y circula entre los sectores cultos de la inteligencia uruguaya pero no ha logrado nunca tomar estado público general ni provocar el debate nacional necesario. La versión económica que circula y que tiene publicidad es la que emana del vértice gubernamental y tiene sus sucesivos mandarines interpretativos. El más conocido (pero no el único) es el Sr. Astori.

Ahora Mujica, que siente el viento de los mitines populares que van pautando su triunfo pre-candidaturial en la interna frentista, da con su “renuncia” una puntada con nudo que tiene como objetivo los dueños reales del poder económico uruguayo. Se deshace de la escalera en la que trepó, la abandona, para decirle a las clases poseedoras, estén tranquilos. Me separo abiertamente de toda pretensión izquierdista (como si no hubiera bastado el discurso que ha hecho en la radio diariamente a lo largo de todos estos años y su gestión ministerial!!!) no voy a alentar “cambios” ni “estilos nuevos”, soy el “sensato revolucionario antiguo y arrepentido” dispuesto a servirlos. Ahora yo, voy a gobernar como Tabaré “para todos”.

Lo hace –como no necesitaron hacerlo- todos los presidentes blancos y colorados que vinieron después de la tiranía.

Lo hace porque las direcciones frentistas actuales tienen complejo de advenedizo que necesitan siempre sacarse la gorra y secarse las manos en los fundillos cada vez que se enfrentan al poder real.

Lo hace para pegarle la pateadura final al MPP el instrumento que utilizó eficazmente para escalar al poder. Los uso de “forro” ahora no los necesita más.

 

Va a iniciar su eventual carrera al poder político presidencial “sin ataduras”, “sin compromisos”. Al estilo que es de rigor en las ceremonias de nuestra politiquería criolla con remedos de democracia en serio.

Y esténse seguros estimados lectores, que los “pateados”, lo que queda del viejo aparatismo, esos restos casi en ruinas y sus personajes mas conspicuos el “picapedrero” Marenales, o el caudillejo Eleuterio Fernández no harán oír su voz de queja, de protesta o de discordancia. Se van a comer “la comida” en silencio, como se les exige.

Es por eso que no se necesita en las pantallas de televisión ningún sesudo catedrático de Derecho, ni la intervención o el panel de politólogos para que nos hagan un análisis colectivo y esclarecedor. Las cosas como están, están bien, no es necesario aclarar nada, porque no hay nada que aclarar.

Pero al lado de las alturas del poder y todos sus círculos, hay también un pueblo trabajador y una ciudadanía que hasta ahora sigue los desarrollos políticos como espectadora. A esa ciudadanía se la supone pasiva, manejable, alienada y capaz de digerir toda la propaganda que venga desde las alturas.

Es un cálculo equivocado. El pueblo oriental es paciente pero no tonto. Observa atentamente y comprueba con dolor la pasividad actual que le impide actuar de otra manera. Toda la verdadera oposición es todavía débil y larvada. Pero existe. Que a Mujica no le pase como le pasó a Macbeth.

Prometieron que iban a hacer un cambio e iban a mover “hasta las raíces de los árboles”. No movieron nada. Pero puede ser que los árboles se muevan por sí solos y entonces sabrá Mujica, como supo Macbeth que la suerte estaba echada.

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(1) Día del Nunca Más (oficialista)

(2) La frase corresponde a un compañero, viejo tupamaro, oficialista por rutina, pero curiosamente un observador lúcido, sutil y popular. Metió “mucho caño” en su tiempo, pero cuando se encuentra en privado con algún compañero de los que estuvieron “en la guasca” y aguantaron, lo mira con sonrisa traviesa y en confianza desliza sus opiniones.

 

 

 

 

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