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"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

www.surda.se

 

 

31-05-2009

 

Amanda Cánepa 

Editorial

 

http://www.prt-argentina.org.ar/

Mientras se sigue profundizando la crisis mundial del sistema capitalista, la burguesía argentina marcha al compás de la música que tocan en los grandes conciertos internacionales. La reunión del G20 de abril dejó bien a las claras dónde estarán puestos los esfuerzos de los estados burgueses: en fortalecer el Fondo Monetario Internacional, es decir, remozar a un zorro conocido para que venga, una vez más, a alimentarse de nuestro esfuerzo. Como si los funcionarios argentinos desconocieran el papel que tuvo y tiene el FMI en los países “emergentes” y tuvieran un súbito ataque de amnesia, regresaron al país “esperanzados” por los “alentadores” resultados de la cumbre...

Efectivamente: nadie se privó de nada, ni siquiera el canciller Taiana quien no tuvo empacho en declarar que el “acuerdo del G-20 otorga más poder a los gobiernos y promueve una democratización de los organismos multilaterales” a la vez que observa un cambio de actitud en el democrático Gobierno de Estados Unidos... Buen discurso para justificar la continuidad de las relaciones carnales pero con palabras más discretas.

Por otro lado, el gobierno argentino realizó un acuerdo con China en lo que se denomina “swap de monedas” (canje de monedas) por un monto de hasta 70.000 millones de yuanes (equivalentes a 10.000 millones de dólares) que garantizarían los intercambios comerciales con ese país en otra moneda que no fuera la estadounidense, algo que favorece a China, fundamentalmente porque exporta parte de su producción a la Argentina, donde, en 2008, colocó productos por más de 7.000 millones de dólares, cifra que fue decayendo en lo que va del año como consecuencia de la crisis. Sin embargo, más allá de los beneficios para los chinos, el acuerdo deja al descubierto algunos de los problemas que tiene el actual gobierno: la carencia de crédito comercial internacional y la necesidad de recurrir a una fuente de financiamiento en yuanes para cambiar por dólares que, después, se utilizarían para pagar la cada vez más acuciante y enorme deuda pública. Es decir, ante el cierre de las ventanillas conocidas, el gobierno acudió a la apertura de un nuevo socio.

La medida, no obstante, disgusta mucho a la UIA que, como debe ser, patalea porque una de las principales consecuencias del acuerdo sería la caída local de la producción de acero, lo cual, también afecta a los obreros del sector que pagarán con despidos los costos del convenio. Con Techint a la cabeza, los capitales de la siderurgia piden “protección” nacional contra las exportaciones chinas...

Y, mientras los funcionarios iban de foro en foro, de acuerdo en acuerdo, los médicos del Chaco, donde ya hay más de 10.328 casos, alertaron sobre que el dengue había llegado para quedarse. Mala noticia que dejó al descubierto unas cuántas cuestiones que se guardaban cuidadosamente debajo de la alfombra: 1) tardíamente salió a la luz que, en menos de tres meses y bajo la responsabilidad de Felipe Solá frente a la Secretaría de Agricultura, se aprobó la soja transgénica, resistente al herbicida glifosato; 2) que de acuerdo con lo sostenido por el doctor en medicina e investigador del Conicet, Andrés Carrasco, el glifosato resulta el exterminador de todas aquellas especies que se alimentan de insectos, entre ellos, los mosquitos que transmiten el dengue, es decir, que la madre del dengue es la soja transgénica con la que se han enriquecido los piqueteros terratenientes; 3) que la Ministra de Salud de la Nación no sólo tuvo que vivir montada en un avión cual bombero para apagar incendios, sino que ha quedado sumamente preocupada por su “imagen” deslucida por los mosquitos Aedes Aegypti, por lo cual contrató a la consultora Choice de Ariel Sujarchuk para que la asesore cómo mostrarse mejor aunque no alcancen los hospitales para albergar a tantos enfermos; 4) que la Ministra de Salud del Chaco -y legítima esposa del peronista gobernador Capitanich- siempre estuvo al borde del ataque de nervios y que sus tristemente célebres arranques desubicados, escándalos y pataletas públicas no alcanzaron para evitar la crónica de su renuncia anunciada por todos esos antecedentes y por la mala y tardía resolución de los problemas sanitarios que trajo el dengue; 5) que un vecino de Roque Sáenz Peña (Chaco) descubrió que en el operativo -organizado por la Gobernación de Capitanich y su señora esposa- de fumigación de casas y calles, los insecticidas usados tenían fecha de vencimiento en julio de 2006 (lote 116- 763- N9, elaborado en julio del 2004); 6) que por otra parte, el intendente de Charata (Chaco) declaró que “estuvieron perfumando a los mosquitos” (sic) admitiendo que el insecticida estaba vencido...

Todas las miserias de la burguesía salen a la luz, mientras el dengue se propaga, justamente, porque las mayorías de este país viven en otro tipo de miseria: la miseria material que los sume en una vida indigna y desamparada, de la que nadie se hace cargo y, mucho menos, los funcionarios y/o candidatos para las próximas elecciones.

Tantas son las miserias de la burguesía y sus administradores de turno que no faltaron un par de perlitas que condimentaran nuestra situación nacional dándonos argumentos más para llorar que para reír: el inspector de la bonaerense Juan Pablo Adín Mindurry, quien trabajaba en la Jefatura Departamental Pergamino, era detenido en un Shopping robando, lisa y llanamente, un par de prendas de vestir, mientras el juez de Instrucción Rubén Saurín era investigado por “colgarse” de la luz, dando un claro ejemplo de desobediencia civil ante los tarifazos...

Los aumentos en las tarifas de servicios comenzaron a llegar a los hogares y las protestas por su desmesura, los recursos de amparo presentados ante la justicia y las denuncias que empapelan los escritorios de los entes reguladores comienzan a dar magros frutos de marcha atrás en algunos barrios, lo cual demuestra que la organización popular y la presión que se puede ejercer ante tanta injusticia dan algunos resultados. Pero, no hay que confiarse: la “revisión caso por caso” sólo durará hasta el 28 de Junio, cuando hayan concluido las elecciones nacionales. Después, los tarifazos serán un hecho consumado y no habrá justicia que valga, precisamente, para todos aquellos que siempre quedamos excluidos de sus fallos ejemplares: los trabajadores y los pobres de la ciudad y el campo. Habrá que prepararse para entonces, porque la arremetida oficial no se hará esperar. Las arcas del estado se están vaciando y pretenden llenarlas con más de nuestro sacrificio. Debemos estar preparados para organizarnos y resistir a todos los intentos que vendrán de aplicarnos más y más aumentos en los servicios, en el transporte, en los medicamentos, en los alimentos. Algunas iniciativas barriales tienen que servirnos de ejemplo: sin la participación popular, el paredón con que el intendente Posse intentó separar a los pobres de los ricos no hubiera podido ser volteado y vilipendiado a tal punto que muchos de sus correligionarios, ante tamaña desnudez de la fascistización y siempre mirando de frente a las elecciones, no encontraron otra salida que sumarse al rechazo popular.

Por su parte, los trabajadores luchan por sus puestos de trabajo y por aumentos salariales, pues los sueldos no aumentan al compás de la inflación que, impunemente, intenta ocultar el INDEC con sus consabidos mentirosos índices. Los trabajadores han comenzado a romper el paisaje turístico de las ciudades del país, efectuando reclamos justos y comienzan a ser concientes de que la crisis la estamos pagando nosotros. Maestros, obreros metalúrgicos, trabajadores del Subte, trabajadores de la salud, gastronómicos, taxistas, han salido a las calles sin descanso. Ford anunció el despido de 330 trabajadores para el 1º de Mayo y los burócratas sindicales ni siquiera se pusieron colorados para decir que “Los niveles de producción no cayeron tanto como para intentar echar esa cantidad de obreros”, es decir, los despedidos deberían haber sido algunos menos... Es que el pez por la boca muere.

El sinfín de reclamos salariales presagia lo que vendrá cuando se agudice la crisis. La burguesía y su gobierno lo saben. Por eso no dudan en apelar a verdaderos salvavidas de plomo como posibles diques de contención. Moyano y sus muchachos del camión organizaron un falso festejo del día del trabajador el 30 de abril. Falso porque de lo que menos habló Moyano fue de los trabajadores: todo su discurso estuvo dirigido a convencer a los concurrentes para que votaran al partido justicialista. En un desfachatado discurso retrógrado intentó vanagloriar los avances “nacionales y populares” de un gobierno que hace más de lo mismo que todos aquellos que lo antecedieron: protegiendo a las grandes empresas, los bancos, los terratenientes de la soja (cuyos representantes más conspicuos han callado repentinamente) y congelando salarios de hambre, jubilaciones de miseria y planes para desocupados con cifras que rayan en el absurdo y no alcanzan ni para una semana de supervivencia de una familia; aumentando el monotributo a la pequeña burguesía y los trabajadores cuyos salarios se negrean en las empresas públicas bajo el manto de la facturación como independientes; retorciendo los índices de inflación a través de datos falsos publicados por el INDEC; perdonando y publicitando el perdón a las patronales en su maldita prensa burguesa que, a través de sus canales de televisión muestran a un patrón “bueno” que les avisa a sus obreros que están en blanco, como si fuera un hecho caritativo hacia ellos y no un derecho constitucional de los trabajadores conseguido a fuerza de luchas que costaron la sangre de muchos obreros y proletarios. De eso no habló Moyano quien debería recordar las palabras de su general de que son los pueblos los que hacen tronar el escarmiento y los que marchan con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de sus dirigentes... Y Moyano no puede hablar de muchas cosas, como buen cómplice que fue de la triple A; como buen socio que es en turbios negocios inmobiliarios que incluyen la concesión de la Estación Buenos Aires del Ferrocarril Belgrano; como cercano “amigo” que es del Ministro De Vido quien hizo el guiño para tal gentileza pergeñada, entre otros, por el negligente Ibarra; como buen amigo que fue de Yabrán, con quien se estima que concebía turbios negocios de drogas... ¡Moyano, el impresentable Moyano, hablando de los beneficios de la política del gobierno “nacional y popular”...!

La apelación a Moyano para semejante papelón, muestra la debilidad de un endeble gobierno que no satisface en lo más mínimo a quienes lo votaron. Más que sumar votos, Moyano espantó a muchos que ven en él y al gobierno que lo convocó, todo aquello que representa una burla a la inteligencia y una insana subestimación al pueblo. La burguesía y sus representantes no puede esconder su desesperación.

Como el reverso de una misma moneda, apenas pocos días después, los trabajadores pudimos ver a Barrionuevo y su CGT Celeste y Blanca copando el frente del Ministerio de Trabajo. Es que él, como Moyano, también está en campaña electoral como candidato a senador por Catamarca en nombre del PJ.

Y a río revuelto, ganancia de pescadores. Si no estuviera tan revuelto el río es imposible pensar que fuera Barrionuevo el que emitiera una crítica tan ácida al gobierno como “Nos prometieron el tren bala y ahora nos ofrecen créditos para comprar bicicletas” o que fuera él, quien en épocas del peronismo de Menem convocara a dejar de robar durante dos años, el que atacara la médula del lado flaco de la política oficial respecto de los trabajadores: reclamó por un aumento de mil pesos para los jubilados, denunció el pago en negro de los salarios y los acuerdos de las sumas fijas que no se computan ni para cálculo de horas extras ni para aguinaldo ni para vacaciones, un robo más a los explotados. Fue Barrionuevo el que se dio tremendo lujo de enrostrarle al gobierno que entre los cerca de 10.000 asistentes a su acto no había ninguno pagado y que todos eran trabajadores, habida cuenta de que Moyano contó con la invalorable colaboración del gobierno que pagó centenares de micros que transportaron desocupados, rehenes de planes Jefas y Jefes de los intendentes pejotistas del conurbano bonaerense, para hacer número en el acto que realizara el impresentable Moyano en la víspera del día de los trabajadores, al que le dieron la espalda hasta los gordos. Por otra psarte, sería una verdadera paradoja irrisoria que Barrionuevo se erigiera como el representante de la clase obrera por ser el único que se acordó de ella en su discurso y con esas exactas palabras. Agustín Tosco hubiera quedado a la derecha de Barrionuevo... Sorprendente y desfachatado, encontró la fisura más relevante de la actuación –puesta en escena, se entiende- de Moyano que prácticamente se olvidó de la clase obrera en su entusiasmo electoral.

Muchos más camaleones veremos en estos tiempos de crisis y, temporalmente, época de elecciones nacionales. Pero nada de eso debe amedrentarnos para seguir apostando a la organización del proletariado y sus aliados que, cuando se proponen, logran torcerle el brazo a cualquiera. El propio Secretario General de la Unión Obrera Metalúrgica, Antonio Caló, se vio obligado a ponerse a la cabeza de los reclamos de los obreros del sector cuando el 24 de abril fueron reprimidos brutalmente frente a los edificios Catalinas por orden y gracia del gobierno “nacional y popular” que justificó la acción en defensa de Siderar y Tenaris, dos empresas del grupo Techint, de Paolo Rocca. Es que con los amigos no se joroba... Caló, hubo de reconocer que en su rama hay 30.000 suspensiones y que “Cuando vayan a sus fábricas, comuniquen a sus compañeros que la lucha recién empieza, ésta es una lucha a 15 rounds y cuando termine podemos ganar“. Se puso al frente de las demandas antes de que sus bases le apliquen el estilo pugilístico y lo pasen por arriba en el primer round.

Las venideras elecciones no sólo reflotan viejas mañas, sino también nuevos “recursos” a los que no dudan en apelar los contendientes. El nuevo invento es el de las candidaturas testimoniales, con las cuales se postulan los que de antemano ya se sabe que no van a asumir. Pululan las alianzas y frentes con las “nuevas” caras “peronistas”, como la de De Narváez, vinculado con el tráfico de efedrina; las caras viejas como la Felipe Solá, también peronista, devenido en propiquetero terrateniente e impulsor de la soja transgénica en el país; las caras viejas como la de Elisa Carrió,  aparente opositora que va cambiando de compañeros de fórmula cada dos años cual se cambia los zapatos; las caras viejas de actrices estiradas a fuerza de cirugías como Nacha Guevara, peronista oficialista, que se presenta como aparente cara nueva y que de política entiende tanto como de física atómica; las paradójicas caras como la del actual Vicepresidente, Cleto Cobos, que hará campaña en contra de las listas de la actual presidenta a la que acompaña (¿Acompaña?) en su gestión...

Las elecciones fueron adelantadas porque la burguesía necesita legitimar su decisión política de aplicar las medidas de ajuste que tiene pensadas para nosotros para pagar su crisis y que exigirán mayor represión para garantizarlas.

¿Puede representar a los trabajadores un De Nárvaez, ex propietario de Casa Tía, que amenazó con el despido a los trabajadores de “El Cronista” porque no le gustaron sus reclamos? ¿Puede representar a los trabajadores un Felipe Sola, no sólo el que dio vía libre a la soja transgénica, sino quien, con la venia de Scioli, mantuvo negocios turbios vinculados con la pesca? ¿Puede representar a los trabajadores un Kirchner, el mismo que durante su gobierno puso en vigencia una ley laboral que mantiene los contratos basura que promueven la inestabilidad laboral y favorecen la explotación? ¿Puede representar a los trabajadores Elisa Carrió que jamás se acuerda de que existen, como buena señora gorda de la burguesía...? ¿Puede representar a los trabajadores Nacha Guevara, actriz de la “nueva era” que es capaz de sostener impunemente “yo no estoy para hablar de política, ni sé mucho de política”?

¿Algo nuevo? Decididamente, no. La burguesía, en la desesperación por salvarse ya no guarda ni siquiera las apariencias. Nunca estuvo tan al descubierto, tan al desnudo, como ahora. Cualquier recurso le viene bien para intentar contener lo que vendrá, frenar las luchas venideras. Sin embargo, no se puede tapar el sol con la mano: la lucha de clases avanza, pese a todos los intentos desesperados por postergarla, esconderla o contenerla.

A su vez y mientras tanto, el proletariado tiene su propio compás para la marcha: avanza, con paso lento, hacia una búsqueda de vida mejor. Aún son sólo indicios los que podemos ver en el acontecer diario, pero, sin embargo, la clase obrera y el proletariado avanzan sin prisa, pero también sin pausa. Se equivocan aquellos que sostienen que no existen los obreros. Se equivocan los que creen todas las noticias que la burguesía se ufana en propagar por sus medios de comunicación. Se equivocan los que no ponen sus esperanzas en la capacidad de organización de este pueblo que ha sido capaz de producir un Cordobazo hace bastante tiempo y ha podido voltear cinco presidentes en sólo una semana, hace menos de ocho años.

En ellos ponemos los ojos quienes creemos que la crisis capitalista no nos ofrecerá ninguna salida y sólo nos provocará mayores sufrimientos. En ellos, que somos nosotros mismos, tenemos puestos nuestros ojos y brazos confiando en que la salida está en nuestras propias manos y que es cuestión de organizar, organizar y organizar.

Las próximas elecciones, con sus candidatos nuevamente maquillados para la televisión, las encuestas de intención de voto o las tapas de las revistas que los propagandizan como única salida, no deben engañarnos. Todos debemos tener claro que ninguna elección cambiará la determinación de la burguesía de cargar sobre nuestras espaldas el peso de su crisis que recrudece y quedará expuesta sin maquillaje posible apenas un día después de terminados los comicios. No habrá urnas que cambien esa determinación que es la misma de siempre: engordar sus bolsillos con nuestra explotación, vivir en sus countrys con el producto de nuestro trabajo, pagar sus campañas con nuestros impuestos, laudar sus juicios con sus jueces en nuestro perjuicio, pagar sus fuerzas armadas y policías también con nuestro aporte para que luego nos repriman, dirimir sus diferencias cargando su costo sobre nuestros hombros y acrecentando nuestras necesidades. Debemos tener claro que ninguno de ellos se propone sacarnos de la miseria que se acrecienta, porque la “democracia” de su estado burgués, como representante y administrador de sus intereses de clase, está pensada para garantizar la continuidad en el poder de la clase dominante, lo que les permite explotarnos, vivir de nuestro trabajo y reprimirnos cuando reclamamos.

Justamente porque estamos convencidos de que las elecciones son la legitimación que necesita la burguesía, es que seguimos sosteniendo, como el 40% del electorado, que no tenemos que votar, porque ése no es nuestro juego. Por eso lamentamos que, nuevamente, la pseudo izquierda se preste con sus frentitos, aliancitas, acuerditos varios, para ver si alguno liga sólo una migaja del banquete burgués, pues ninguno de ellos cambiará la correlación de fuerzas a través de las urnas.

El Partido Revolucionario de los Trabajadores cumple, este 25 de mayo, 44 años plenos de luchas, pérdidas, encantos y desencantos. Como organización, su existencia nunca dejó de estar plenamente justificada: las razones de su nacimiento están aún más agravadas ahora que antes. La pobreza, la marginación, la exclusión, el hambre, la explotación de miles y miles de mujeres y hombres tienen que movernos a continuar con nuestras convicciones, a esforzarnos en promover todo aquello que tienda a la unidad de la clase a la que pertenecemos, con el corazón en la mano, con el puño en alto, con la conducta inquebrantable, pero, también, con las manos abiertas para aprender que para salvarnos, lo haremos si estamos juntos, unidos y luchando por un objetivo común, confiando en que la fuerza de nuestra clase organizada es la única salida para un capitalismo en crisis terminal. En este 25 de mayo, éste y ningún otro, es nuestro mejor homenaje a todos los compañeros que nos antecedieron en la lucha. Por nuestros caídos, por nuestro pueblo ¡A luchar!

Amanda Cánepa

 

 

 

 

 

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