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"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

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21-06-2016

 

HÉCTOR AMODIO PÉREZ, LUCES Y SOMBRAS DE SUS PALABRAS


PRIMER ENTREGA: LAS LUCES

 

SURda

Notas

 

Tato López

 "Mi tema general no es la sociedad, es el discurso verdadero/falso: quiero decir, es la formación correlativa de ámbitos, de objetos y de discursos verificables y falsificables que le son afines; y no es simplemente esta formación lo que me interesa sino los efectos de realidad unidos a ella” 

M. Foucault


Luego de seis meses de  la  irrupción publica de Amodio y sus palabras -, pensadas como acontecimiento - que  ha ocupado la atención de mas lectores de los que se supone ,y en mi caso, con la expectativa  de que  contribuyera a  vehiculizar el comienzo de una indagatoria rigurosa sobre la multiplicidad de causas que propiciaron la debacle de un proceso colectivo, - mal que le pese a quien las pronuncia - que trasciende largamente las intrigas y tribulaciones de quienes fundaron el grupo incipiente del MLN-Tupamaros,  así como los antecedentes y prácticas de uso, de las organizaciones políticas de las cuales provenían, de las que trasladaron, como en "un campo de Agramante", las mismas discordias y miserias ,de las que pretendían tomar distancia entonces, creo reconocer que Amodio, tropieza con fisuras conceptuales - o mas posiblemente, por estar constituido por la hegemonía del concepto historicista de verdadero/falso -,  que no le permite abordar sus propias responsabilidades en los acontecimientos vividos; y comprender lo que se ha presentificado (en el sentido más simple del ¿qué hay, que está pasando?), precisamente por no entender el solapamiento de su verdad con su responsabilidad individual y sus consecuencias colectivas.

"Como nobleza obliga", me referiré en principio, a sus aportes esclarecedores, el seguimiento de las palabras de. Amodio sin interpósitas interpretaciones ha  inquietado mucho, porque la búsqueda del "origen fundacional" comenzó a ser sospechoso de fraudulento, pues de la procedencia no funda, al contrario: remueve aquello que se percibía inmóvil, fragmenta lo que se pensaba unido; muestra la heterogeneidad de aquello que se imaginaba conforme a sí mismo. Cuando emergen acontecimientos de esas características, deben de ser  descalificados rápidamente, caracterizándolos como "una historia menor", por ser poseedores de una infinidad de huellas silenciosas, de relatos de vidas minúsculos, de fragmentos de existencias que siempre es lo que perturba a los apologistas

  Es como recorrer un camino arenoso, y constatar que debajo de nuestras pisadas emergen otras que no aparecían visibles, y que también determinaran el recorrido de retorno, a nuestras espaldas, pero en otra dirección, no desde lo que se considera como sustento real, sino de acuerdo a como debiera de haberse pensado

  Haber hecho el seguimiento  del relato de HAP, me ha resultado altamente provechoso, una descripción de las tensiones y de los intereses inconfesables por el control del poder, desde la interna de "los latas" que se prolongan a la fundación del MLN, si es que existió algo parecido a un acto fundacional, a juzgar por los esfuerzos de darle estatuto de historia a las chapucerías iníciales de mediados de la década de los 80's, perpetradas por Fernández Huidobro, que se solapaban con una mediocre literatura fabulada, incapaz de sostener de manera creíble

  Llamar "negociaciones" a los oscuros  episodios de claudicación que se vivieron en el Cuartel Florida en el año 72, resulta un reduccionismo irrespetuoso que ofusca cualquier inteligencia, y risible para procesos de insurgencia popular que soportaron decenas de miles de víctimas, como en El Salvador, donde, luego de nueve años de lucha insurreccional, y  con cinco frentes guerrilleros operando, según los testimonios del propio Ramiro Vázquez ,  en sus memorias:  "Comandante Ramiro, Revelaciones de un guerrillero y líder revolucionario salvadoreño , José Luis Merino", identifica a corrientes liquidacionistas, aquellas hipótesis de negociaciones anteriores a 1989, con el Ejército Salvadoreño, considerando que el FMLN se encontraba para esa fecha, en una situación de estancamiento en la cuál era imposible negociar nada, debiendo de apelar a la ofensiva de 1989, con decenas de miles de guerrilleros que tomaron San Salvador, destruyendo más de veinte blindados, llegando a las puertas de la casa de gobierno, para de esta manera, retomar el estatuto de fuerza beligerante y negociar la paz, tres años antes  la materialización de la paz, tras los Acuerdos de Chapultepec de 1992


  En cuanto, a la entrega incondicional de armas, bagaje, y militancia, el oficialismo hace un silencio vergonzoso; extremo que resultaba, además de humillante. imposible de instrumentar,por el alto grado de dispersión y caos predominante que caracterizaba a la militancia sobreviviente del aparato en la calle, siendo aun, una tarea improbable para el propio Raúl Sendic, con todo el peso místico que tenia ,y que cualquiera de los negociadores del Florida,, sabían que no iba a tener ninguna consecuencia -además de salvar su pellejo - si Raul no era el portavoz, algo así como aquella sentencia de que "el amor es querer dar algo que no se tiene  a alguien que no lo quiere" y que solo eran coartadas de un inventario de claudicaciones, que tuvieron epicentro en los amancebamientos cuarteleros de la nomenclatura, y su dirección, era aun impredecible para los prestidigitadores como EFH, pero que pesó decisivamente luego, aunque desconocíamos en toda su amplitud y menos aún, su evolución tortuosa y discontinua hasta nuestros días, extremo que también desconocían quienes las consumaban, pero que allí, se  instalaron las condiciones de posibilidad de los futuros contubernios que conducen a la impunidad, porque según EFH, se podía renunciar a todo, menos a la "victoria" 
...
Para eso, para apropiarse del poder de aquella interna multiforme, e ir desplazando progresivamente a quienes, aun en el consenso, no podían cohonestar ese despojo, era imprescindible entonces apropiarse de la historia, y resultaba menester usar a papanatas mediáticos, como Caulas u Alberto Silva, porque la militancia vieja, en cana o en la calle, quebrada o resistiendo, conocía que las dilatorias  de la rendición incondicional,  no eran otra cosa que sacar un préstamo con intereses usurarios a la cobardía de quienes la propusieron, que no era lo mismo  que el miedo que sentíamos todos, que diferenciaba sobrevivir o sucumbir, a la cobardía de los "negociantes” poseedora de otra densidad, como estado de conciencia, y consecuentemente , otro cálculo político, bastante más espurio.

Tengo la impresión de que Amodio, se metió azarosamente, sin evaluar los riesgos latentes, con algunas disciplinas del saber, que ejercen poderes y tensiones, como es la concepción historiográfica dominante- de la cual, lejos de sustraerse a ella, los "marxistas” actuales, son su soporte fundamental, ni que hablar de quienes lo acicatearon en su decisión de regresar, desde la perspectiva de acontecimiento mediático, y no de acontecimiento removedor ,que invirtiera la dirección descendente de la persecución legal y orientara la culpa hacia su origen, donde funcionarios y eventos poderosos manoseaban la evidencia, lamentablemente, con la complicidad en el asunto de  quienes denomina su contra punteador en postaportenia, los "aparatistas sin aparato", -caracterización irónicamente también incluyente para HAP, es decir la víctima -
En cambio, visto como "acontecimiento" el relato de Amodio , quizás a su pesar, o en una dirección equivoca,  no teme ser un saber de un enorme peligro para el oficialismo,  para  los fisonomistas forenses del historicismo, que se tiraron como “chancho a la mierda" para construir sumariamente la "historia" que tenía como propósito inconfesable la legitimidad política de la Troika y sus versos, que se aplicaron con encomio,  en la medida de lo posible a borrar lo que puede traicionar, en su saber, el lugar desde el cual miran, el momento en el que están, el partido que toman - o escondido de su pasión -


En tanto, el sentido histórico, pensado desde una visión  perspectiva, en términos de acontecimiento, procede a la inversa, se sabe perspectiva, y no rechaza el sistema de su propia injusticia. Mira desde un ángulo determinado con el propósito deliberado de apreciar, de decir sí o no, de seguir todas los síntomas de la enfermedad, de buscar sin muchas certidumbres aun, el  antídoto.

Más que de simular un discreto olvido delante de lo que se mira, más que buscar en él su ley y someter a él cada uno de sus movimientos, es una mirada que sabe dónde mira e igualmente lo que mira. 

El sentido histórico da al saber la posibilidad de hacer, en el mismo movimiento de su conocimiento, reconocer su tránsito discontinuo. las victorias azarosas, y las derrotas mal digeridas, que dan cuenta de los comienzos, de los atavismos y de las herencias; como un biólogo aprende a identificar las enfermedades del cuerpo, los estados de debilidad y de energía, sus trastornos y sus resistencias para juzgar lo que es un discurso histórico

La historia, con sus intensidades, sus debilidades, sus iras inconfesables, sus grandes conmociones afiebradas, sus infartos y sus desgarrones y discontinuidades, constituyen el cuerpo mismo del devenir en términos de perspectiva

Son omisos igualmente los aparatistas sin aparato; que en lugar de remover, de deconstruir, maquillan otra miseria de la historicidad parecida, en estado de "necesidad"  un poco, como legitimidad dudosa, contribuyen a una, no menos positivista, sin intentar deconstruir la verdad historiográfica, representan, de alguna forma,  la muestra  más elocuente de una crisis de la historicidad, de la que es imposible sustraerse en la chata y mediocre sociedad uruguaya,  que desde una oposición formalmente radical, reduce la historia a una teología progresista

Para no recurrir en algo que me parece detestable, que es el error de pensar que el espacio de un debate de ideas es uso personal de quien escribe, o menos sentirme una especie de guardián epistemológico de la "verdadera historia" concluyo esta primera entrega, la segunda, guardando el respeto y las debidas formas, abordare el segundo boniato, es decir :

HÉCTOR AMODIO PÉREZ, LUCES Y SOMBRAS DE SUS PALABRAS, 

SEGUNDA ENTREGA, LAS SOMBRAS



TATO LÓPEZ 

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