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"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

www.surda.se

 

 

15-06-2016

 

Cuando los extremos se tocan o cuarta respuesta a Héctor Amodio Pérez.

 

 

 

 

SURda

Notas

 

c.e.r

 

 

 

POBRE NACI…POBRE VIVO

Por eso soy…delicado

ESTOY. ..CON LOS DE MI LAO

Cinchando tuitos parejo

PA HACER NUEVO…LO QUE ES VIEJO

Y verlo al mundo….cambiao.

Don Atahualpa Yupanqui

 

 

 

Cuando entramos en esta correspondencia pública, hacía ya largo tiempo que veníamos intentando analizar las causas que llevaron a la derrota del 72. Fue una larga reflexión que comenzó seriamente en 1985, porque antes de esa fecha eran escasísimos los materiales escritos en forma de libro, y las memorias eran colectivas pero orales y, circunscriptas a los sucesos que se padecieron con aquella derrota. De a poco lo episódico y puntual, pasó –en un proceso paulatino de reflexión colectiva, en pequeños grupos de militantes- a las reflexiones de las causas generales, los vectores centrales del episodio.

Fue así que fue surgiendo una visión crítica. Crítica, que no era aceptada por todos. En parte por la terrible dispersión de los propios militantes que reaparecieron en los lugares más disimiles que imaginarse pueda, sin posibilidades de contacto o discusión entre ellos.

A veces divididos en banderías políticas que florecieron en los denominados exilios. Los “renunciantes” fue una de esas banderías, pero hubo también otras. Si cito a los “renunciantes” (renunciaron a “enderezar” el viejo MLN-Tupamaros y consignaron su fracaso “como un intento idealista” al mismo tiempo que proclamaban un desaforado “marxismo-leninismo” al estilo de la época y bajo inspiración ) no es por casualidad. Uno de esos “jefes prominentes” es citado por Héctor Amodio Pérez (HAP de ahora en adelante) como el hombre que habría proferido en relación a HAP el juicio: “de que el tiempo siempre le daba razón”. Después de eso , más “las coberturas millonarias”, la política “del padrino” y la “renuncia”,… se hizo blanco.

Del otro “blanco” que participó también de lo mismo (la “casona” de Punta Gorda es testigo de esas alegres malversaciones con dinero prestado , que ni siquiera conseguían con sus esfuerzos militantes) pero en este caso –y de aquellos tiempos- tuve hasta hace pocas semanas un testigo: mi amigo y militante tupamaro Carlos Humberto Minetti . El era uno de los “custodios” de aquel lugar (entre otras taréas militantes) y, era testigo que hasta “rancho” diferente tenía ese jefe (pedido al restaurant y acompañado de vinos finolis) mientras “la tropa” comía si se hacían “rancho” ellos mismos y si no,… jodéte!!!

Fíjese HAP, para lo que daba, la “compartimentación”, la “estructura piramidal”, el “verticalismo” todas “las normas de funcionamiento, imprescindibles para el mantenimento de la organización” esa “que hoy para denostarla, se la ha rebajado a la condición de “aparato”, con el tono peyorativo apropiado” y de la cual agrega, más adelante, en otra frase …”como si el MLN hubiera sido un comité de base del 26 de marzo”. Con respeto a esta última frasecita, le vamos a adelantar una cuestión: le han dado mal, las señas

Y bien, planteadas así las cosas, nos reafirmamos en nuestros juicios anteriores sobre el aparato, los aparatistas y “todo lo demás”. Decimos que todo eso no sirvió para una mierda , desde que el “aparato mínimo” se descarriló en “aparato” y, todo lo que vino después, hasta la derrota del 72 y, aún después del 85 y, hasta ahora.

Todo esto, estas desviaciones, ya estaban planteadas desde mucho tiempo atrás. Vamos a servirnos de dos testimonios: Jorge Zabalza y el mismo HAP.

En alguna de sus múltiples intervenciones, Zabalza ha dejado “una puntita” sobre el asunto. Incidente además, que se produjo después del asalto al Casino de San Rafael, en el que participó. Estaban en un local alquilado, cuando llegó de “visita” el Sr. José “Pepe” Mujica, con un botellón de vino y Zabalza –verde e ingenuo de él!!!- retiró el botellón (o la damajuana) de la mesa, con el argumento de que “ allí ” no se bebía. Me imagino la sonrisa lumpen del “Pepe” y el disgusto de Raúl Sendic!!!

El otro, lo ha dado el mismo HAP cuando citando los lejanos tiempos del “cantón de Marquetalia” señala que a él y a su compañera “ni el mate” colectivo les servían. Y yo me pregunto: siendo como era HAP un obrero gráfico calificado, un militantes puntilloso, un buen cuadro militar y un organizador eficaz, porqué se bancaba esas terribles baboseadas?

¿No es acaso la organización revolucionaria el espejo de la organización social colectiva a la que aspiramos mañana?

Yo que no llegué a los niveles de HAP, reaccioné siempre, ante las injusticias y las baboseadas de los “responsables”. A cierto “segundo” que en su tiempo tuvo HAP, en Punta de Rieles, le paré el carro desde el pique cuando me anunció que “me iban a hacer chancho” , que era la jodita habitual que venía –además- desde los tiempos de Punta Carretas y, que HAP también ha señalado en alguna de sus intervenciones. Al mencionado “segundo” que cayó en la vivienda de Almería que alquilaba HAP, le espeté: “Vos me “hacés” chancho y yo, cuando bajemos al recreo y delante de todos los presos, te bailo un malambo arriba del lomo y te mando para el hospital”. Estoy en cana y no para aguantarle pavadas a los “talladores de huesitos” como vos, pelotudo”. Incidente parecido tuve con “el ruso” Rosencoff y, también, otro similar con el mismo EFH. Todos los “incidentes” con testigos que aún viven , aquí no hay “versos” (y para más señas Pabellón B, Punta de Rieles, segunda celda a la izquierda del portalón, 14 o 16 militantes por celda).

Dicho esto –perdónesenos la digresión- volvemos a lo final del párrafo anterior: Porqué HAP cuando lo “baboseaban” públicamente, en el cantón de Marenales, no aprovechó la bolada y les dijo: Muy bien muchachos, hasta aquí llegó mi amor, que les garue finito y váyanse, de paso,- todos los presentes- a la PM que los recontra mal parió? Tenía oficio, era joven, lo baboseaban, para qué aguantarse las injusticias?

Como ve HAP podemos remontarnos bastante en el tiempo y, de allí es que nos atrevemos a hacer la afirmación –que no es temeridad- de que el famoso “aparato” tenía carencias y se había desarrollado perversamente, no como un instrumento para hacer más eficaz la lucha, sino como el principal freno organizativo para su desarrollo . Y a eso puede sumarle la terrible carencia de formación política de toda la militancia (y particularmente de los “jefes”) que eso después tuvimos ocasión de constatarlo, en Argentina, cuando observamos la excelencia militar y de formación política de los militantes del PRT-ERP que dirigía Santucho.

Señalado esto, vayamos a otro punto.

Dice HAP al final de su última intervención: “Creo que no puedo reivindicar la gesta colectiva de los tupamaros, porque como tal, no existió. Y eso es parte, también, de la historia oficial”.

Si la “la gesta colectiva…no existió” nos encontraríamos todos, en la bonita situación de que “argumentativamente”, HAP, se pega un tiro…en una pata. Y le vamos a adelantar “que se va a quedar mas solo…que el UNO.

Sin la militancia tupamara, sin el colectivo militante, sin los innumerables e incontables “apoyos colectivos y anónimos” que la “orga” siempre tuvo, el viejo MLN-Tupamaros, no podría haber sobrevivido desde el 63 al 72…y menos después aún, cuando caída toda la dirección, la lucha popular continuaba y llega hasta 1985 con las masivas movilizaciones populares al grito de: “Liberar, liberar a los presos por luchar” y “Sendic, escucha, tu lucha es nuestra lucha”.

Como HAP –y no es un reproche- esta encarnizado con Raul Sendic (y otros), pero aquellas manifestaciones están documentadas, filmadas, fotografiadas y aparecen en todas las hemerotecas gráficas de la época, estos hechos colectivos protagonizados por nuestro pueblo están allí como un recordatorio ante el cual sería conveniente inclinarse con elemental justicia.

Y ni hablemos del entierro del viejo líder, que asombró a toda la burguesía uruguaya, sus amanuenses….y el resto de la izquierda que siempre estuvo “en la chiquita” de “los hechos de sangre” como si las revoluciones fueran acontecimientos pacíficos. Sendic – con sus luces y sus sombras - esta instalado en la mitología popular. De ahí, de ese pedestal, no lo mueve nadie. Fue un gran luchador social. Guste o no guste.

Pero hagamos un pequeño desvío de nuestros razonamientos. Si la “gesta colectiva”- inclusive todas las mitología que acompañan a la misma- no hubieran existido. ¿Qué queda?

¿Acaso la visión elitista y burguesa del Sr. Thomas Carlyle y su visión “De los Héroes” , los hombres representativos, que son los que “hacen la Historia”? ¿A tanto se anima HAP, cuando se cataloga a si mismo “pero siempre he sido asi, galopeador contra el viento”.

¿O dicho de otra manera? ¿Va a retroceder de la visión socialista y marxista, a la visión burguesa? ¿Considera que esta es superior?

La “gesta colectiva” existió, no es un invento. Nos proponíamos “derrocar el orden existente con las armas en la mano e instaurar el socialismo en el Uruguay”. Que hoy, casi cincuenta años después seamos concientes que el socialismo anhelado, es una tarea mucho más compleja y difícil de lo que en aquel momento concebíamos, es harina de otro costal.

La Historia tomó otros caminos (por algo los griegos la representaban como una dama caprichosa y enigmática, Clio). El socialismo se hace con conciencia masiva de los explotados, los del campo y los de la ciudad, no se impone desde “arriba”, ni por obra y gracia de “cuatro iluminados” y algún legendario y todopotente “timonel”.

Marx, al que nuevamente, los mejores están volviendo, lo decía de una manera concisa: es la sociedad de los productores libremente asociados. Y para empezar “a deschalar” ese choclo, va a ver que pelarse y bien duro la frente!!!

Volvemos a repetir, que no estamos -en este intercambio epistolar, argumentativo y público- para “ganar” (o para “perder”). Estamos para razonar juntos, de igual a igual, de ex militante a ex militante. Como antiguos compañeros de causa. Constatando –en el caso que así sea- que tenemos diferencias. Y señalando las mismas.

Este mismo pequeño desvío –abstracción, si así se quiere- tiene una ventaja. Nos permite acercarnos a otro tema que esta relaccionado. Ha escrito HAP en su última intervención: “Dice c.e.r. que parecería que no estoy dispuesto a reconocer que no siempre tuve razón. Creo que se equivoca porque esa y no otra, ha sido y es mi intención. Lo que pasa es que hasta ahora nadie –y c.e.r. tampoco- me señalan cuales han sido esos errores. Mas alla de citar fallos de funcionamiento de manera genérica, de una organización clandestina… .”

Los “fallos de funcionamiento, de manera genérica” son los que ilustran los defectos (o la evolución hacia su perversión) de un proyecto. O dicho de otra manera, si un vehículo tiene fallos de motor, de suspensión, de carrocería, llegamos a la conclusión de que esas fallas “genéricas” hacen del producto una verdadera porquería, y elegimos otro modelo. Es lo que pasa con las carencias que mostró el viejo MLN-Tupamaros y que nos llevó a la derrota.

HAP sabe bien, que estamos en una polémica con los antiguos compañeros a los que denominamos “aparatistas-sin-aparato” (Zabalza y varios otros, que son críticos a medias o cuando les conviene y que además, están en atribuir la definición de “socialista”…a cualquier cosa!!!), cuestión que hemos señalado ante diferentes episodios y que nos ha llevado a más de una puteada en círculos privados. Públicamente no salen a la palestra, les han comido la lengua los ratones, pero en privado….vaya que nos sacan el cuero!!! Los jode, que no tienen de dónde agarrarse.

Todos los “aparatistas” creen que con cambiar a los que están en el mando, en la cima de la pirámide, se arregla “la cosa”. Nosotros estamos convencidos de que no es así, más aún, se puede empeorar, porque las fallas no eran moco de pavo, eran básicas, fundamentales.

Sobre todo esto,- que no comenzó hace dos días- sino que empezó en las prisiones. Hace sus buenos cuarenta años, prosiguió a lo largo de todo el exilio, donde estos “aparatistas-sin-aparato” dieron bandazos a diestra y siniestra, tal cual la veleta y, sacando el dedo por la ventana para ver para donde soplaba el viento, antes de tomar posición. Unos fueron “renunciantes”, los otros “seis-puntistas”, hubo otros que se hicieron reformistas “con carnet”, los hubo aquellos que volvieron al redil, se hicieron la “autocritica” y se dedicaron a “escalar” chupando medias como buenos “mamahuevos”. Y también están la falange los que fueron perchados, colgados, rompieron cuando “se les acabó el queso” y, todas las variables imaginables de la picardía, la duplicidad y, el oportunismo personal más descarnado.

En la marcha –nunca estuvimos solos- siempre hubo antiguos compañeros que nos prestaron oídos, apoyo, que compartieron la preocupación y, nos salvaguardaron de más de un peligro (la “escuelita del Crimen” funciona, como HAP bien sabe) y son múltiples “los matasiete” que lo intentaron. Para desgracia de todos ellos fracasaron y alguno se llevó –de yapa- una buena zapatería en el culo. Asi que de ciertos lances, amenazas y peligros, tenemos nuestra propia alforja.

El tomar partido, por las posibles verdades, de HAP, en su primer libro, que siguió a la correspondencia, aumentó las filas de los que nos miran con recelo y no ocultan el desagrado y la ojeriza que les provocamos. Intentar ver la realidad sin anteojeras, ni prejuicios, tiene estos bemoles, uno se aparta del redil de ovejas, reivindica su condición humana y…piensa con su propia cabeza.

Señalar esto, significa declarar que HAP –para nosotros- no tiene toda la verdad , pero sí, que en sus aportes, tiene una parte de la misma. De ahí el simil con las X, las Y y las Z. Su testimonio es uno más, pero uno singular, por la posición que HAP ocupó en la interna. Y podría abundar con nuevos ejemplos, pero no vienen al caso, sería extendernos innecesariamente.

Aquí cada lector –y posiblemente alguno que además fue militante- tienen que usar la cabeza propia y sus propios criterios. Relacionar –los hechos que conocen- con sus propias experiencias, conocimientos y reflexiones. Y después, sacar sus balances o conclusiones. Si contribuimos –de alguna manera- a ello nos damos por satisfechos.

Nada más.

c.e.r

Notas:

http://www.surda.se/ArticulosEnPortada/Notas%20Nadie%20quiere%20el%20Estandarte.htm

http://postaportenia.blogspot.se/2016/06/1618-tampoco-me-faltan-males-y.html

Tercera para c.e.r.



Yo no estoy discutiendo el encuadre social de Gabriel Pereyra ni el papel que juegan El País y El Observador. He dicho más de una vez, y a eso me atengo, que sólo me interesa  referirme al falseo de la historia del MLN y por ende de los últimos 50 años del Uruguay.

Yo vine a eso y para eso es que mantengo esta –si c.e.r. me permite- amistosa discusión. Yo solo he dicho que ninguno de los tres me han “hecho la cama”.
Y mucho menos Federico Leicht y los responsables de Ediciones de la Plaza. Yo vine porque quise, porque creí en la separación de poderes y porque ignoramos -todos- la requisitoria que existía contra mí por la “denuncia de las 28 mujeres”, que como se sabe no está dirigida contra mí, sino contra dos militares que cumplieron servicio en Punta de Rieles.

Que quienes desde Montevideo organizaron mi viaje se “la comieron”, no cabe duda alguna. Ha sido un error que ya todos hemos asumido.
Pero si ese error no se hubiera cometido y si desde el gobierno no hubieran decidido poner en marcha el mecanismo jurídico para procesarme, yo no habría conseguido que Juan Pueblo conociera la historia que durante 50 años se le ha ocultado y este intercambio de pareceres y ni otros que he mantenido, habrían sido posibles. Algunos dirán que peco de atrevimiento… pero siempre he sido ansí, galopiador contra el viento…

Y el Negro Mansilla puede atestiguar sobre lo que digo, porque fue testigo de muchas de mis discrepancias, las que según sus propias palabras el tiempo siempre acababa dándome la razón.

Y qué puedo decir d e Alemañy … pues que estando en Chile supo antes que nadie que “el negro Amodio no tuvo nada que ver con la Cárcel del Pueblo”. Ambos callan, al menos por ahora.

Mis discrepancias en el “coso.coso” y en otras instancias anteriores fueron conocidas en los ámbitos que debían serlo, porque siempre respeté las normas de funcionamiento, imprescindibles para el mantenimiento de la organización, la misma que nos permitió remontar las crisis de diciembre 1966, julio de 1967, octubre de 1968 y todo el período entre agosto de 1970 -caída de Almería- y diciembre de 1971, cuando renuncio al Comando General de Montevideo, ante la claudicación que el Ejecutivo evidenciaba ante las maniobras del Ñato, el Bebe y quienes los acompañaban y que son el inicio de la debacle, hoy calificada como derrota de 1972, pero que todos sabemos hoy que se inició un par de años antes, cuando la dirección real del MLN, la que lo reconstruyó después de Almería resolvió no seguir a pie juntillas l os planes, sugerencias y recomendaciones varias que algunos “históricos” creyeron que debían ser seguidas al pie de la letra.

Pese a quienes opinan lo contrario, la compartimentación, incluida la de las discrepancias, era una medida imprescindible para mantener la organización, esa que hoy para denostarla se la ha rebajado a la condición de “aparato” , con el tono peyorativo apropiado.

La “historia oficial”  es tan endeble que solo ha sido posible porque la inmensa mayoría de quienes conocían su trasfondo se callaron, en aras de mantener abierto el horizonte insurreccional, y se permitió que cada uno contara su propia batallita, que después fueron propaladas a los cuatro vientos por los voceros de turno, a un lado y a otro de las “trincheras ideológicas”  para ocultar cada uno la parte que le interesaba.

No importó que una batallita contradijera a otra anterior, o que se dijera que los planes eran maravillosos pero inviables, y que para detener a los camiones del ejército en la Ruta 8 no había ni armas ni explosivos y se resuelve instaurar el segundo frente, sin armas y sin preparación, para “tirarle a todo lo verde” y que se fueron a la base “para demostrar que sus planes eran los correctos” y para recuperar “antiguos prestigios perdidos”, después de decir que fueron relegados, todo en el mismo libro de la “historiadora oficial”, Clara Aldrighi

A mí se me convirtió en traidor antes de ser detenido por el Florida , cuando se me niega la baja que después dirán que me dieron, diciendo que se me  iba a enviar al exterior cuando precisamente ese era mi pedido, para intentar resolver el enorme problema de la documentación con que viajaban los compañeros que regresaban a Uruguay. Pese a mis discrepancias, me seguía considerando un militante, tan tupamaro como los demás

Dice c.e.r. que La nueva versión con HAP, es un poco más compleja. Yo creo que no, que es sencilla y transparente y es fruto de muchos años de trabajo, de lectura de libros, memorias, artículos, reportajes, conversaciones, testimonios   y de escuchar los discursos de quienes levantaron la mano para declarar el estado de guerra interno y me acusaron de conspirar contra la legalidad mientras se reunían con el negociador de la rendición incondicional y fraguaban la falsificación de mi manuscrito a medias con Fasano y Trabal, que ya había pasado de ser el jefe de los torturadores a líder del “golpe bueno”, con el que maquinaron la rendición-entrega de Sendic.
Dice c.e.r. que parecería que no estoy dispuesto a reconocer que no siempre he tenido razón. 
Creo que se equivoca, porque esa y no otra han sido y es mi intención.

Lo que pasa es que hasta ahora nadie – y c.e.r. tampoco—me señalan cuáles han sido esos errores, más allá de citar fallos de funcionamiento de manera genérica, de una organización clandestina. Muchas veces me parece que esa condición se deja de lado, como si el MLN hubiera sido un comité de base del 26 de marzo.

Claro que reconozco que colaboré “con el enemigo”. Pero c.e.r. olvida que lo hice, en los términos que reconozco en Palabra de Amodio , despué s que Nepo, ya perdonado por su “equivocación”, al decir de Marenales,  me comunicara que yo era el cabeza de turco.

Era entonces mi enemigo el que me sacó del barracón para evitarme la boleta  decretada por quienes sabían que la acusación era falsa o fueron quienes me acusaron a sabiendas de la falsedad?   That is the question, please.

Dice c.e.r. que Por esos mismos deslices, en tiempos que HAP era un dirigente, a varios se les dio “la baja deshonrosa” y, a alguno, en la “fuga” del Abuso, -de la cual HAP fue un planificador junto con Zabalza- justamente (¿…?), por esas “aflojes”, se los dejó “adentro”: verbigracia “el perro” Ubillos, verbigracia (también?) Mejías Collazo.

Espero que c.e.r. comprenda que no pueda recordar concretamente la situación de Ubillos, pero voy a decirle que me opuse a darles lugar en la fuga a integrantes de otras organizaciones a las que considerábamos actuando de mala fe en relación al MLN, mientras dejábamos “de muestra” a compañeros valiosos.

A Mejías Collazo se lo acusaba de hacer “entrismo” para la FAU. Yo fui el encargado de hablar con Julien, para que fueran ellos los que designaran a quienes se irían en la fuga, y fueron ellos los que no lo designaron, e n acuerdo con el propio Mejías Collazo, en un gesto que nunca se les reconoció.

Yo también estoy convencido de que lo mejor que podemos hacer para las generaciones futuras, es dejarles el legado  de lo-que-no-debe-hacerse .
  Hago mías sus palabras finales: Es –estoy convencido- el mejor homenaje a todos los que murieron, cayeron, fueron torturados, mutilados, violados y fusilados. Para eso creo que es imprescindible que se conozca la verdad, toda la verdad. 

Creo que no puedo reivindicar la gesta colectiva de los tupamaros, porque como tal, no existió. Y eso es parte, también, de la historia oficial.


Amodio
postaporteñ@ 1618 - 2016-06-12