"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

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16-07-2008

Carlos Amir González

 

Democracia

 

 

DEMO – pueblo, CRACIA – autoridad – según el diccionario Larousse , gobierno en el que el pueblo ejerce la soberanía. Contraposición a Democracia es: Aristocracia.

Para quienes, como uno, tenemos un cierto estado de conciencia social desde los setenta en el Río de la Plata y en América Latina, podemos decir que el tipo de democracia arriba citada, nos la “deben”. En A. Latina han existido tradicionalmente dos partidos de la burguesía liberal republicana que se han sucedido en el poder durante décadas. Por cortos o largos períodos de gobierno, los unos más liberales, los otros más conservadores, según lo exija el contexto histórico. Todos ellos nacidos a mediados del siglo XIX, o culminando el mismo. El modelo de la existencia de estos “partidos tradicionales”, con escasas excepciones, se repite país a país.

Según cuenta la leyenda son estos partidos los que han construido la democracia, los que la han desarrollado y mantenido. Sin embargo, cuando desde el ángulo de las Ciencias Sociales, se analiza esta aparente verdad, las cosas cambian. Como ser, lo primero que hay que relativizar es que el Demo (pueblo) y la Cracia (autoridad) sean una conjunción que alguna vez se dio en algún país de A. Latina a los efectos de que hubiese un “gobierno en el que el pueblo ejerciera la soberanía”. Si bien la palabra pueblo, socialmente hablando es algo muy abarcante, nadie puede dudar que la mayoría del pueblo está compuesto por su clase trabajadora y los sectores medios de la ciudad y del campo – a saber: pequeños y medianos productores, profesionales, artesanos, comerciantes. Lo que en el aparente pleito demagógico de los partidos tradicionales siempre ha estado presente, es que cada uno de los mismos se reivindica a si mismo como el verdadero representante y defensor de las “mayorías populares”. Decir lo contrario sería como suicidarse políticamente frente a los electores, aunque esto de “defensores y representantes” de los intereses de las mayorías populares sea una “gran mentira a voces” que la puedan seguir vendiendo hacia el exterior pero ya no al interior de las naciones que habitan.

Mientras que los dueños de todo lo que “pasa y se hace” dentro de una nación latinoamericana, sea en el plano de las industrias, las agroindustrias, la producción agropecuaria, el comercio exterior e interior, la importación y la exportación, los transportes, las comunicaciones, los servicios, las finanzas, la bolsa; son también a la hora de la toma de decisiones políticas los que “formal y representativamente” deciden por todos. “Por los supremos intereses de la Nación y la Patria…”, es una de sus inflamadas frases preferidas.

Hubo tiempos en que además de enriquecerse con el comercio, el campo, la industria y la banca, también se hacían del poder para “comandar la nación” desde los principales cargos de gobierno. Después educaron a sus hijos en las Facultades de Derecho para luego convertirlos en políticos que “atendiesen sus intereses y los de la Familia”. No dudaron tampoco a la hora de las Dictaduras Militares en enviarlos a educarse a las Escuelas Militares, o casar a sus hijas con los “Oficiales del Proceso”. Había que reciclar la rosca mafiosa y oligárquica, y los “pisa bosta” de otrora, pasaban a ser los buenos muchachos para defender la Familia, Tradición y Propiedad.

Hoy día en que hay diversidad de frentes desde donde atender “los intereses”, echan mano a cuanto profesional quiera devenirse en “mercenario”, una de las fórmulas en que comienza la compra del neo-mercenario es pagarle la educación universitaria en uno de los “países del desarrollo capitalista”, para que luego nos explique a los indiecitos atrasados de Latinoamérica porque tenemos que someternos a los dictámenes de la única “clase social” que será capaz de sacarnos del atraso y del subdesarrollo, aunque a los analíticos nos conste que es la responsable de habernos hundido en los mismos. Estos buenos “boys o yupies” que en algún momento de su juventud, al igual que nosotros, tuvieron la misma sensación térmica de que en la sociedad capitalista la “lucha de clases” no era un invento alucinado de Carlitos Marx, sino que por lo contrario era “una constatación histórica” del mismo, y que hoy con el 70 % de latinoamericanos viviendo por debajo de los niveles de pobreza, y con 500 años de capitalismo…¡¿ de qué desarrollismo capitalista nos pueden hablar…”los malos europeos y los peores americanos”?!.

Si hay otra constatación que de esto puede surgir es que mientras más masa de capital, en todas sus formas, se acumula en menos manos, mayor cantidad de masas de seres humanos viven en la pobreza y en la indigencia.

El Gatopardo se ha convertido en un enorme Tigre con colmillos nucleares.

Las actuales ciudadelas del sistema capitalista se han convertido en poderosas “superestructuras” políticas, ideológicas, militares, que cuentan con pistas de aterrizaje en todo lugar donde el “sistema se encuentre en peligro” y necesite desarrollar acciones de “defensa u ofensivas”.

Dos titánicos perros guardianes resguardan las puertas de estas ciudadelas, el Poder Económico y el Poder Comunicacional. Si los sectores populares, que se unen y organizan social y políticamente para que “otro tipo de mundo sea posible”, no caen en la cuenta de cuales son los primeros destacamentos del sistema capitalista, que en el terreno ideológico y cultural debemos vencer, estaremos accionando en un sentido equivocado.

Debemos ser autosuficientes en lo que “tengamos que ser” de acuerdo al momento histórico que vivimos. Recuerdo el consejo de un veterano dirigente sindical, que visualizó en mí una tendencia a rebajar un planteo reivindicativo…”somos los representantes de los trabajadores, no de los mendigos…- me dijo.

Sí, no es hora de mendigarle nada a quienes han convertido este mundo en una aldea de menesterosos. Con mucha decencia y dignidad, paciencia educativa y constructiva, organización colectiva que dé fuerzas al débil y sabia contención al fuerte, nuestra lucha debe estar asistida por convicciones que provengan de la sabiduría a la vez que puedan ser planteadas en forma clara y sencilla, la diferencia entre nuestro destacamento de mujeres y hombres que creen que otro tipo de mundo es posible – es que actuamos según nuestro leal saber y entender lo demanda – y ellos, nuestros enemigos pongamos que circunstanciales, actúan por intereses más perversos en lo que hace a la condición humana; de todas formas suponemos que en esto de salvar al planeta, su naturaleza y a la humanidad que nos contiene, algún día tendría que haber una confluencia.

Pero la misma no vendrá por “expresión de deseos”, sino que por presión de millones organizados, y esta última etapa es la que aún no tiene “solución de continuidad”. Cierto es que algunos cambios han comenzado a darse en el mundo, y en ese sentido los latinoamericanos no nos podemos quejar, algún nivel de redención va naciendo y creciendo en nuestras tierras. Pero luego de registrados estos avances estamos en un momento de impasse donde no sabemos si se va a transar con las fuerzas del “pasado histórico”, o si darán las fuerzas y el temple para seguir avanzando en aras de hacer avanzar un modelo económico y social que beneficie a las mayorías populares. De los dos períodos de Lula, Chávez, ahora de los Kirchner, y de uno que ya vence de Tabaré Vázquez, se dice que los mismos han podido “ser” porque han transado con el capitalismo neoliberal. Del de Evo Morales hay menos “desconfianza” desde las miradas de la izquierda, pero el mismo atraviesa actualmente por una zona de fragilidad de poder y por la peligrosidad de perderlo.

Más allá o más acá, de las confianzas o desconfianzas hacia estas fuerzas políticas que se identifican con la necesidad de los cambios, progresistas, con cierta entonación socialista, algunas nuevas y otras con décadas de construcción unitaria–organizativa de movimientos y partidos de izquierda, lo cierto es que se llegó al “gobierno” en países latinoamericanos que hace 10 o 15 años atrás veíamos esto como un feudo reservado a los partidos de la burguesía libero-conservadora, de la oligarquía. Y por más alquimias sociales y políticas que queramos hacer buscando los por qué coyunturales de que esto se haya alcanzado, esto tiene un solo nombre y un solo protagonista – pueblo luchando y movilizado, organizándose, elevando las razones del desarrollo de su conciencia social y política. Esta es la señal, el santo y seña, la senda por donde debemos insistir en los nuevos tiempos si es que queremos profundizar los cambios. Por ahí lo anda diciendo Kinto Lucas en Ecuador con respecto a si la nueva Constitución será más o menos avanzada, depende de la cantidad de pueblo movilizado que esté atento a la redacción de cada uno de sus artículos y a como los vote e implemente luego la Asamblea Constituyente.

En Paraguay, también asoma la voluntad del pueblo de implementar cambios a través de nuevos protagonistas políticos, aunque en el parlamento la mayoría va a estar compuesta por “más de lo mismo”, es decir importante cantidad de los representantes del “anciano sistema”, y el gabinete nombrado por Lugo haya sido de una articulación decepcionante.

Profundo malestar se sacude el dogal que hace tiempo molesta.

Hay una puesta en escena de los movimientos y partidos políticos de nuevo tipo, con liderazgos que hasta ayer no entraban en nuestra cabeza, que el papel que nosotros teníamos guionado hace tiempo para ser protagonistas de la obra, no nos coincide con el “pie” que los otros nos dan. Puede ser que como dijo Quino…” cuando teníamos prontas todas las respuestas, nos cambiaron todas las preguntas”.

De todas maneras, creo que los que nos toca vivir tiene mucho que ver con décadas de la barbarie impuesta por dictaduras cívico-militares, con el “continuismo” que de las mismas hicieron los partidos tradicionales en las transiciones democráticas, con el gatopardismo que empleó en la transición a la democracia a mujeres y hombres de la dictadura, con las leyes de “perdón y olvido” que implementaron las nuevas democracias a los torturadores, criminales y ladrones de las dictaduras; con esto y mucho más terminaron los pueblos latinoamericanos de romper el cordón umbilical que los mantenía como rehenes de un “tradicionalismo cultural y político”. No sería justo entonces que los gobiernos de nuevo cuño no implementen el “justo camino” por donde tanta criminalidad y latrocinio pague sus cuentas con la sociedad, en un marco de “verdad y justicia” que lleve a estos reos de perpetuidad a pagar por lo menos por parte de lo que hicieron, ya que jamás “pagarán por entero” todo lo que nos quitaron.

Gandhi decía que “no hay varios caminos hacia la Paz, la Paz es el camino”. Glosando a Gandhi, lo mismo podemos decir de la Justicia, “la Justicia es el camino”, pero la misma en su real dimensión y no acotada por una Ley de Impunidad a la criminalidad.

Un gran revolucionario y visionario de la lucha cultural y política contra el capitalismo, nos legó la siguiente reflexión frente a estos sucesos históricos que están aconteciendo en nuestras Américas…”en su puja por nacer, lo nuevo aparece, pero trae parte de lo viejo”. Precisaríamos que está rodeado de lo viejo, dará sus primeros pasos rodeado de hostilidad, las estructuras por dónde debe transitar buscarán “cooptarlo”, engullirlo, como dice Silvio Rodríguez en su “Sueño con serpientes” – ella me engulle pero yo en sus entrañas le planto un poema y un rosa - …pero bueno, de nada valen los romanticismos en las sinuosas circunstancias que nos toca vivir.

Claro que las mismas son augurales, fermentales, pero es de orden decirle a los cuadros políticos que les toque presidir, gestionar, responsabilizarse por los cambios revolucionarios – que esta es la lectura que debe darse al mensaje de la gente – que por más doble esfuerzo que los mismos demanden, siempre es preferible hacer esto, que conciliar con “lo viejo y funcionando”.

En horas de definición, vale más la defensa de principios redentores.

A la revolución Cubana la han asaltado analistas de todo tipo, periodistas, literatos, revolucionarios, reaccionarios, visionarios, pusilánimes, mercenarios de la pluma, ¡¿quién no se ha atrevido a hacer un comentario sobre la misma?!

Pero mientras que los mismos desde su gran o triste dimensión humana no han trascendido a los tiempos con sus penas y sus glorias, ahí está la Revolución Cubana TRASCENDIENDO, claro está que también con sus penas, pero no cabe duda que con sus Glorias, que en última instancia son sus Realizaciones de cara a un pueblo que tiene el IGUAL DERECHO DE DISFRUTARLAS. Muchos soñaron con que la caída del sistema llamado del socialismo real, por efecto “arrastre” se llevara “puesta” la Revolución Cubana. Pero no se les cumplió ni el viejo deseo, ni el permanente sueño.

No pertenezco, a los que la analizan en forma acrítica, sino sería un pusilánime, pienso que toda obra humana es perfectible y nunca perfecta.

Pero los actuales gobiernos de “entonación socialista” (si es que lo son y optan por este camino contrario al capitalismo) tendrían que mirar esta realización que desde la Sierra Maestra a los tiempos de la “globalización”, ha sabido construir con austeridad, decencia y dignidad, uno de los mejores proyectos de vida y convivencia para los pueblos latinoamericanos.

Mucho hemos resignado, creo que inclusive retrocedido, para no mostrar el “deber ser” con que muchos nos mirarían con más complacencia. La bestia fascista se paseó a cuerpo para defender los “bienes” del capitalismo en nuestras naciones. Las mujeres y hombres socialistas le pusieron su pecho generoso a las balas, la tortura, la prisión, ocuparon los primeros lugares para organizar a los “demócratas” que reconstruyeran la nación Republicana Liberal Burguesa, ¡¿ y por qué no ?! Oligárquica.

Un amigo siempre me diferencia la existencia de dos grandes familias que existen en el mundo, por un lado a la que tanto mi amigo como yo nos sentimos pertenecer, la de los socialistas humanistas, por el otro la familia de los capitalistas rapaces. La reflexión final sería: por más que la familia de los capitalistas rapaces siga siendo la más poderosa y la que domina el mundo…¡¿ tenemos derecho los socialistas humanistas a rebajar o resignar nuestra lucha y sueños de construir un mundo donde un ser humano en materia de principios, convicciones, fraternidad, verdades, libertades, igualdad, encuentre lo más parecido a si mismo a otro ser humano ¡?

O como dice Víctor Heredia, tendremos que ver manifestándose por la Paz en la Tierra, a los animales.

 

 

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