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06-10-2017

 

La OTAN y la independencia de Catalunya

Una estelada durante una manifestación en Barcelona. REUTERS/Yves Herman

 

SURda

Opinión

Catalunya

Nazanín Armanian

 

Si el masivo movimiento independentista que actualmente tiene lugar en Catalunya hubiera sucedido en algún país no amigo de EE.UU., algún que otro analista lo habría considerado otra revolución de colores o de terciopelo patrocinada por manos oscuras que pretenden debilitar Europa desintegrando España. Sin embargo, en cuanto a lealtad hacia los intereses de Washington, España gana incluso a Rumanía y Polonia. Aun así, y a pesar de que los gobiernos de Barack Obama y Donald Trump se posicionaron a favor de la unidad territorial de España y de que la OTAN prefiera estabilidad en su flanco sur, la integración de una Catalunya independiente en la Alianza ha sido barajada por los líderes catalanes.

Sorprendieron más de uno las duras críticas de la prensa estadounidense al Gobierno de Rajoy por las cargas policiales contra los ciudadanos durante las manifestaciones pacificas en Catalunya; la misma prensa que oculta las imágenes de bombas que caen desde los aviones de la coalición EE.UU.-Arabia Saudi sobre los civiles yemeníes.

La ubicación estratégica de Catalunya

James Hasik, asesor estadounidense del Centro Internacional de Seguridad del Consejo Atlántico, en un artículo publicado el 2014 (año en que Europa estaba sufriendo una profunda crisis económica y política) en la revista Atlantic Counsil , que está vinculada a la OTAN, afirma que la Alianza acogería a una Catalunya independiente con satisfacción, ya que podría ser un “nuevo socio sólido” e interesante en el Mediterráneo, por las siguientes razones:

- Su posición en el Mediterráneo y su potencial para tener una fuerza naval y operar desde sus dos importantes puertos: Barcelona y Tarragona, que serían candidatos a formar parte de las unidades logísticas de la Alianza en el teatro Mediterráneo.

- Su potencial de asumir la responsabilidad de ser “un actor principal en el Mediterráneo”, participar en el SNMG2 (Grupo Marítimo Permanente de la OTAN 2, una unidad de la NRF: Fuerza de Respuesta de la OTAN) y ser una pieza esencial en “la seguridad colectiva”, con una fuerza marina eficaz y aviones de patrulla marítima.

- Poder construir una armada capaz de influir en los acontecimientos de la región.

- Disponer de unas fuerzas armadas bien formadas y eficientes.

- Poder mantener su estado independiente con su formidable economía.

Hasik insinúa en el informe que una Catalunya independiente podrá ser más útil para los intereses de la Alianza militar dirigida por el Pentágono que una España unida.

La política internacional de los años pos-Guerra Fría de Washington muestran su apuesta por romper los países fuertes y grandes para convertirlos en mini-Estados y así tener la garantía de poder ejercer sobre ellos un control a largo plazo.

Es posible que Catalunya salga del “yugo” de España, pero con sus actuales políticos, ¿podrá mantener su independencia frente a EE.UU., la potencia que ha marcado el destino y las fronteras de los países europeos en las últimas décadas?

Un soldado junto a civiles en Sarajevo en 1992. Mike Persson/AFP

 

El último país europeo desintegrado por la OTAN fue la Yugoslavia socialista. Casualidades de la vida, entonces la OTAN estaba dirigida por Javier Solana, quien mandó bombardear el país matando a miles de civiles bajo falsas acusaciones de crímenes de guerra contra el presidente Slobodan Milosevic, a quien el Tribunal de la Haya exoneró una vez fallecido. Del seno del país desgarrado sacaron seis nuevos Estados. Luego, EE.UU. ocupó Kosovo, convirtiéndolo en su segunda base militar más grande del mundo, con un Guantánamo ilegal incluido donde se tortura a las personas secuestradas. Kosovo (¡Por pura coincidencia y como Afganistán!) también es una de las principales canteras del Estado Islámico y exportador de terroristas a medio mundo.

Desde Catalunya, la OTAN se vería reforzada en el Mediterráneo, sobre todo ahora que EE.UU. ha podido eliminar a los dos únicos países no amigos en el Mediterráneo: Libia y Siria.

En caso de producirse, será la primera vez que un país miembro de la OTAN se rompe, sentando un precedente que acabaría con los últimos tabúes en este convulso tablero internacional .

El “¡OTAN NO!” de Catalunya

A pesar de que Catalunya votó en 1986 en contra de unirse a esta alianza militar, y aunque algunos grupos independentistas se oponen a ella, el expresidente Artur Mas ha afirmado que una Catalunya independiente “cumple con los compromisos de la OTAN”, lo que significa apoyar sus imparables y devastadoras guerras imperialistas de expolio contra decenas de millones de personas y naciones enteras. Su equipo es bien consciente de que España utilizaría su derecho a veto para impedir la integración de la República de Catalunya en este pacto militar de agresión.

Ya sabemos cómo las aspiraciones y sueños sensatos de los pueblos pueden ser secuestrados por unos mandatarios y saboteados por otros, pero queda una pregunta en el aire:

¿Puede Washington traicionar a Madrid y a las promesas de defensa de la unidad de España en pro de su tenebroso Nuevo Orden Mundial?

Fuente: http://blogs.publico.es/puntoyseguido/4212/la-otan-y-la-independencia-de-catalunya/



 
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